Foto: Museo Nacional de Escultura

:: Ampliar Imagen ::

Inventario CE2839
Clasificación Genérica Pintura
Objeto/Documento Cuadro
Autor/a Goya, Francisco de (Lugar de nacimiento: Fuendetodos, 30/03/1746 - Lugar de defunción: Burdeos, 16/04/1828)
Título Retrato de Jovellanos, con el arenal de San Lorenzo al fondo
Materia/Soporte Lienzo
Técnica Pintura al óleo
Dimensiones Profundidad = 7,50 cm
Marco: Altura = 220,50 cm; Anchura = 132 cm
Soporte: Altura = 205 cm; Anchura = 116 cm
Iconografia Gaspar Melchor de Jovellanos; Retrato individual masculino
Datación 1782-1785
Contexto Cultural/Estilo Edad Moderna
Clasificación Razonada El 5 de enero de 1744 nacía en la villa marinera de Gijón (Asturias), Gaspar Melchor de Jovellanos. Personaje destacado del enciclopedismo español, fue miembro de varias reales academias: de la Historia, la Española, de San Fernando y de Derecho; un no reconocido literato, aunque escribió obras de teatro, de poesía y diversos ensayos, así como un asiduo asistente a tertulias literarias y políticas.
En lo que a lo político se refiere, tuvo una vida de luces y sombras: alcalde y oidor de la Audiencia de Sevilla -1778-, miembro de Consejo de Órdenes Militares -1780-, sufrió un destierro disimulado en su propia tierra durante 7 años, para ser, posteriormente, nombrado Ministro de Gracia y Justicia, cargo en el que apenas estuvo 9 meses y del que salió gravemente perjudicado, debido a un más que probable intento de envenenamiento. Una vez repuesto, regresa a su tierra natal para dedicarse al impulso durante varios años del Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía, un sueño largamente perseguido. Sin embargo, este proyecto pronto se queda sin su mentor, pues en marzo de 1801 es detenido y comienza lo que algunos autores han dado en llamar su ´vida cautiva o carcelaria´ que dura hasta que Fernando VII le concede la libertad en 1808, fecha en la que, por elección de sus paisanos asturianos entra a formar parte de la Junta Central. Más olvidado que recordado fallece en Puerto de Vega (Navia) el 28 de noviembre de 1811.
Encarnó como nadie la figura del perfecto ilustrado con sus escritos y sus ideales políticos y, en lo que a nosotros nos interesa, fue un gran aficionado a las bellas artes, pues no podemos olvidar que fue miembro de la Real Academia San Fernando desde 1781, y uno de los más destacados defensores y admiradores del pintor aragonés por excelencia, don Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828).
Goya, que había sido admitido un año antes en la academia, ya era todo un personaje conocido en los más altos círculos de la Corte y del Gobierno, pues será Floridablanca, el ministro de Carlos III, el que le encargue un lienzo para decorar la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid, al mismo tiempo que inaugura la decoración de la cúpula de El Pilar de Zaragoza, que había sido contratada unos años antes.
Durante estos primeros años de la década de los ochenta, Goya comenzó a realizar retratos de personajes influyentes de la corte y de la sociedad madrileña. Hasta ese momento, no se había interesado por este género, pero fue un tipo de pintura que le proporcionó importantes ingresos económicos.
De gran profundidad psicológica, Goya realza la categoría y la personalidad del retratado jugando con la iluminación, la riqueza de la indumentaria y, aportando datos de la figura en cuestión, introduciendo pequeños detalles de su profesión o algún recuerdo de los logros importantes de su carrera profesional en los fondos de las pinturas. Esto es lo que podemos apreciar en este retrato del gijonés.
En 1781, como ya hemos apuntado, se nombró a Jovellanos miembro del Consejo de Órdenes Militares que era la institución encargada del funcionamiento de las órdenes de Santiago, Calatrava, Montesa y Alcántara y que tuvo lugar dicho nombramiento, como apunta González Santos, "una vez verificadas las pruebas de naturaleza, lexitimidad, nobleza y limpieza de sangre y oficios". Parece ser éste el motivo del retrato.
Con una técnica lisa y detallada, vemos que tiene una gran precisión en el dibujo, sobre todo de los contornos, así como pinceladas cortas, rápidas y decididas aunque no por ello pierde calidad el retrato, sino más bien todo lo contrario.
Como apunta Manuela Mena, la naturalidad del retratado, la luminosidad del lienzo, la acentuación del modelado de la figura y esa actitud desenfadada en la pose, proviene del gusto moderno por los retratos de la alta burguesía inglesa. En este caso, Goya debió de conocer las obras de uno de los mejores retratistas ingleses del siglo XVIII, Sir Joshua Reynolds, pues las similitudes con el lienzo conservado en The National Gallery of Art (Washintong), John Musters (hacia 1777-1780), son evidentes.
La pose de los retratados, el uso del bastón como apoyo en el lateral derecho, la postura del brazo del mismo lado, el sujetar el sombrero con la mano izquierda a la altura de la pierna, la indumentaria (tanto en la casaca, como las polainas, las medias y la camisa), así como la disposición de las piernas y el calzado, son tan similares que, nos hacen pensar que Goya tuvo que conocer este cuadro en concreto. Sin embargo, mientras el inglés abotona su casaca, Jovellanos luce el distintivo de la Orden de Alcántara a la altura del pecho.
Sabemos que el inglés publicó sus mejores composiciones a la manera negra, es decir, por medio de grabados, algo por otra parte, muy habitual entre los pintores británicos, por lo que no es descabellado pensar que Goya pudiera haber visto esta composición a través de alguna de estas estampas.
Lo que sí tenemos que destacar es el fondo de uno y otro lienzo, pues es donde se marca la diferencia y la genialidad del artista aragonés. En el nuestro, vemos al fondo, en lugar de una pequeña zona boscosa como en el del inglés, un marina con varias embarcaciones, en clara alusión (según González Santos) al tráfico comercial y marítimo de Gijón. Esto además, hay que ponerlo en relación con uno de los grandes proyectos del asturiano, pues con la creación del Real Instituto de Náutica y Mineralogía, lo que pretendía Jovellanos era sacar partido, por un lado, a los yacimientos de carbón de la zona, y por otro, al construir la carretera que uniría esa cuenca minera con Gijón, poder dar salida al mineral desde el puerto de la ciudad.
Para finalizar tenemos que destacar los recientes estudios que sobre el lienzo se han venido realizando desde el Museo de Bellas Artes de Asturias en colaboración con el Laboratorio de Estudios Físicos del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE). En un profundo estudio de la obra, motivado por un préstamo del lienzo a una exposición temporal en el año 2010, desde el museo se dieron cuenta de que la capa pictórica era excesivamente gruesa y que unos pequeños desprendimientos no mostraban el lienzo en blanco que se suponía que tenía que haber debajo del retrato. Una vez solicitada ayuda al IPCE, iniciaron un estudio radiológico de la obra, para conocer el estado actual de la misma. La sorpresa fue el encontrar otro retrato, pero esta vez, femenino, debajo del masculino. Después de varios años de estudios y bastantes debates, se ha llegado a una más que probable identificación de la mujer retratada bajo las capas de pintura que muestran a Jovellanos. Barajados varios nombres, el de la conocida como ´Infanta viuda´, doña María Teresa de Vallabriga, es el que con más fuerza suena, una vez establecidas las concordancias de edad, indumentaria y comparativas con otros retratos conservados de la esposa del infante don Luis Antonio de Borbón.
Es remarcable el hecho de que Goya reutilizara un lienzo ya terminado para pintar encima este retrato del asturiano. Se trata de un hecho bastante común en el artista, pues solía pintar los retratos de sus allegados en una sola sesión, y de este modo aprovechaba las capas de pintura ya secas como base para crear nuevas imágenes.
Bibliografía ÁLVAREZ-VALDÉS Y VALDÉS, Manuel. Jovellanos: entorno familiar y vida pública. La luz de Jovellanos. Gijón: 2011. pp. 23-51.

CALVO RUATA, José Ignacio. Descanso en la huída a Egipto. Fray Manuel Bayeu. Cartujo, pintor y testigo de su tiempo. Huesca (m): 2018. p. 272.

GONZÁLEZ SANTOS, Javier. Retrato de Gaspar Melchor de Jovellanos en el arenal de San Lorenzo. Jovellanos y su entorno en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Asturias. Oviedo: 2012. pp. 50-55.

GONZÁLEZ-FANJUL, Clara; GABALDÓN, Araceli; ALBA, Tamara. La mujer oculta bajo el retrato de Jovellano de Goya. Ge-conservación. 2012, Nº 3.pp. 10-26.

GONZÁLEZ-FANJUL, Clara; GABALDÓN, Araceli; ALBA, Tamara. MINISTERIO DE CULTURA. Una imagen subyacente en el retrato de Jovellanos de Goya. Ciencia y Arte III. Ciencias experimentales y conservación del patrimonio. Madrid (m): 2011, pp. 159-173.

MENA MARQUÉS, Manuela. Retrato de don Gaspar Melchor de Jovellanos. En: VALLEJO GARCÍA-HEVIA, José María. Campomanes y su tiempo. Madrid (m): 2003. pp. 170-171.

MERINO, José María. De afrancesados a patriotas en la Real Academia Española. La lengua y la palabra: trescientos años de la Real Academia Española. Madrid (m): 2013. pp. 81-88.

RODRÍGUEZ RUIZ, Delfín. Ventura Rodríguez. Arquitecto de la Ilustración. Madrid (m): 2017. p. 456.

VV.AA.. México 200 años: la Patria en construcción. México: 2010. p. 511.
Forma de Ingreso Dación
Catalogación Pérez Pérez, Ana María
| más imágenes |

Foto: Museo Nacional de Escultura

Foto: Museo Nacional de Escultura

Foto: Museo Nacional de Escultura

Foto: Museo Nacional de Escultura

Foto: Museo Nacional de Escultura

Subir

© Ministerio de Cultura | v49.0 | NIPO: 551-09-127-7Accesibilidad